martes, 16 de octubre de 2007

Uno

¿Para qué quiero escribir de mi vida?

Los sueños son azules y verdes. Allá el sol brilla a lo lejos pero sólo puedo ver la luz que las estrellas reflejan en mis ojos enormes y bellos. ¿Para qué quiero tener una estrella en la boca si no brillaría?, sólo sería otra piedra; mejor me meto una piedra en la boca, sería lo mismo.

Estas personas salieron de ese pasillo a mi izquierda, pasaron frente a mí, inmersos en una conversación monótona; doblaron la esquina a la derecha y desaparecieron, se desintegraron, dejaron de existir: ¡ya no existen!. Poco a poco se apagaron las luces del eterno centro comercial, tras unos minutos me fui de ahí y también dejé de existir, todo aquello se hundió en un lago negro de sombras; volvió a existir hasta la siguiente mañana, si es que acaso regresé.

- ¡Hola!, ¿cómo te llamás?

-

- ¿Porqué usás esos zapatos?, ¿puedo sentir a qué huele tu aliento?, ¿qué pensás cuando estás callado?, ¿sos consciente de que pensás cuando estás callado?, ¿tu hueso pélvico hiere?

-

- ¿Qué pensás de mí en estos segundos que tenés de estarme viendo?

Tenía 21 años, no tenía empleo, tenía la poesía en los ojos, no tenía un suelo firme.


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Fragmento de algo que no se qué es.

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