domingo, 7 de octubre de 2007

Migaja

Mínimo.
Enorme.
Transeúnte.
Baja a cada rato.
Toma los insectos de las flores y se hace una barba.
Mueve el mundo cuando camina.
Camina cansado.
Se cansa.
Siempre.
Mañana se dará cuenta de que nunca pudo planear algo.
Verá hacia atrás ya transformado.
Niño.
Verdugo de todos.
Despintemos las paredes de las casas vecinas:
aburren.
Maldito.
Comamos y vomitemos.
Tiremos sollozos al viento.
Agarrá la bandera.
Siempre estaré aquí
dentro.

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Ejercicio fallido.

7 comentarios:

Orpheo dijo...

¿Cuál era el objetivo del ejercicio? ¿Es de los ejercicios que pone Ricardo en el conversatorio?

Nadie dijo...

Es de esos ejercicios.
Consistía en que pasábamos frente a un espejo y nos deteníamos y el reflejo escribía sobre nosotros.
El reflejo no nos conoce, sólo sabe lo que tiene enfrente en ese momento.

Orpheo dijo...

No veo la conexión con el poema :\ :P
Y no me gusta la falta de continuidad y de flujo en este.

Anónimo dijo...

Qué curioso... pareciera que ese espejo reflejó a Ricardo

Nadie dijo...

Qu� curioso comentario, Nora.

Anónimo dijo...

A mí me pareció lindo.

Nadie dijo...

Gracias, a mi me gusta mucho también.