Sobre vos, la luz y la voz
Tenés tics,
quizás cuando estás concentrado los tenés.
Y cejas tenés, también:
espesas,
tan negras
que no se confunden con tus sombras.
O es la luz que ilumina a Lemebel,
su texto y su figura;
o es que siempre te persigue una luz,
tenue e indirecta,
para que sombras te realcen
y te marquen
los rasgos.
¿Por qué estás bello?
¿es que lo sos?
O es la voz de Lemebel,
tan suave y grave,
la que te hace bello
y te suaviza los ángulos
-tan marcados-
como con lija,
como raspándolos con los dientes
que filtran la voz
de Lemebel.
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Supongo que el crédito de la imagen va para Pedro Lemebel.