martes, 19 de agosto de 2008

Pon

Cristy desnuda a la orilla del abismo

danzaba grácilmente

y sus carnes se movían de arriba abajo

(gelatina dorada,

piernas celulíticas,

piel gruesa de orca,

olor a pedo),

ponía cara de tonta y miraba al infinito;

imaginaba un mundo donde la cicatriz de su mano no existiera

y donde su pelo fuera morado.


Este mundo era perfecto

Todos los hombres eran rockeros: pelo largo, de ropas negras, tatuajes en la lengua

y no conocían de rock.

Todas las mujeres eran más feas y gordas que ella

(jabalíes hembras de 500 libras),

ahí nadie sudaba

y todos usaban boinas de imitación de cuero y zapatos “alestar”

(el riesgo de verse ridículo es menor).


La danza de Cristy a la orilla del abismo

era la ofrenda que ella hacía a las hadas mediocres

esas que, como ella, blasfemaban al hablar de literatura

esas que se dejarían golpear por el marido.


Cristy giró con mucha fuerza

y los pliegues de su obeso cuerpo se elevaron desafiando la gravedad

dejando al descubierto costras tornasoles que ciegan

y perdió el equilibrio

cayó al fondo de ese abismo y se destripó

(saco de basura regada en la calle,

ayote podrido aplastado,

pupú de perro en el zapato de alguien,

vómito de bolo en una acera de Soyapango),

terminó de caer en su ignorancia.

--
Escrito el 31 de marzo de 2006 a una compañera de la universidad
.


5 comentarios:

HuelveElena dijo...

Qué yuca

Mauxito dijo...

no quisiera ser tu compañero de universidad...

Atilio M. Valiente dijo...

Explicame eso de "Raabesco" jajaja

Bueno tal vez por pasar con ella mucho mucho tiempo me he mutado. Pero, de hecho, eso lo escribí hace mucho tiempo. Saludos.

Orpheo dijo...

Este poema lo gozo como sólo gozo tus poemas!!! Siento de todo: risa, compasión, asco, consentimiento con la crítica...

Nadie dijo...

Elena, jajajaja.

Mauxito, creo que soy buen compañero :D

Atilio M. Valiente, ya le contesté la interrogante en su blog -que fue donde se inició el tema- para llevar un orden lógico de comentarios.

Orpheo, todo eso sentía yo cuando era compañero de esta musa.