lunes, 28 de enero de 2008

Acostado bajo el sol

Ya no importa si todo el sol cae sobre mí
y que tenga mi viejo sombrero en la mano.
Ya no importan las moscas en mi cara
metiendo sus patas en mi sudor.
No importa que la gente me vea curiosa
y se de cuenta de mi ropa sucia
y de lo insignificante que soy
pues no existo,
no tengo nombre
y talvez ahora soy sólo un número,
un gota de sangre en el viento,
un grito ahogado.

El sol camina sobre mí y la calle me sostiene.
Las personmas crean un aura de colores a mi alrededor.
Los buses pasan lentos y sus motores vibran
en señal de respeto quizás.

Qué fuerte el sol de este medio día en la ciudad.
Qué ganas más grandes las que tengo de vivir.

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Al señor muerto el día de hoy sobre la calle Chiltiupan.

8 comentarios:

Rodrigo Ramos dijo...

No se por qué me recuerda al soneto XI de Neruda... estas en algo bicho =)

Nadie dijo...

:O tendré que buscar ese soneto. Curioso que no me gusta mucho Neruda, o no me gusta casi nada. Pero gracias por estarme visitando.
Nos leemos!

Laura Zavaleta dijo...

Me gusta este, me gusta.

Nadie dijo...

Qué bueno que te haya gustado mi página, Francis! trato de mantenerla lo más presentable y fácil de navegar posible. Espero me sigás visitando.

Qué chivo que ya te metiste a blogger Laura!! en unos días te enlazo a SerNadie! salú!

Anónimo dijo...

Puta, no me di cuenta de este señor. Y eso que vivo a pocos metros de la chiltiupan!

Nadie dijo...

Pasó a una cuadra arriba de La Gran Vía. Se hizo una gran trabasón por la gente que se queda viendo.

Orpheo dijo...

Uno de tus grandes finales.

Me gusta mucho.

Es bastante intenso, a pesar de que se siente que las cosas pasan en camara lenta (lo cual no es malo).

Nadie dijo...

:D