martes, 29 de enero de 2008

Dormido en el teatro

Tan él.
Tan dormido y bello.
Tan a la fuerza aquí.
Tan arrastrado por las manos de su madre
y yo
lo veo.

Lo he visto antes
pero hoy lo quiero.
Que me deje besarlo como niguna mujer lo ha hecho.
Que me deje llevarlo a un lugar donde el licor sea barato.

("Escapemos, niño blanco sin sendero;
dejá tus rizos largos y negros que naden en el viento.
Vámonos
donde estas mujeres de vestidos vulgares no aullen
y los hombres no sean mediocres,
no tanto como aquí.")

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