Con güishtes
Mi papá tiene vidrios en la garganta,
vidrios que le cortan la voz
y cuando salen sus palabras
salen afiladas.
Un día me gritó con tanto odio
que los vidrios salieron disparados hacia mí
hiriendo mi pecho blando
y mi cabeza.
Las heridas sólo me hicieron recordar
los días en que esos vidrios eran mágicos
y estaban colocados tan estratégicamente en su garganta
que cuando hablaba
veía la luz del sol reflejada en sus palabras
y su voz sonaba clara...
Hoy la gente sólo me camina alrededor.
2 comentarios:
Un abrazo.
(A veces creo que la depresión te hace, pero otras quisiera que no la tuvieras)
Otro abrazo.
Yo pienso que la depresión es necesaria.
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