Domingo de tormenta
Tormenta eléctrica de alacranes
y anguilas se arrastran por las calles.
Cielo gris de miles alientos
y todo se opaca un grado más abajo.
Rayos ramas secas.
Truenos láminas viejas.
Un recuerdo mojado pasando por una lágrima en mi ojo
y la cara de un joven lejano me besa mi cara desde adentro.
Tormenta que raja el cielo se detiene caprichosa
y sólo quedan pequeñas explosiones de luz como espasmos
allá a lo lejos
donde hombres que no existen viven
y escriben
poemas que nunca nadie leerá.